Dalí 25 años después…

Por Viernes, junio 6, 2014 0 Permalink 0

Hace ahora 25 años que una Carta al Director en el DIARI DE GIRONA movilizó a muchos ciudadanos españoles contra el entierro de Dalí lejos de su musa Gala. La misiva publicada el 8 de febrero de 1989 en la página 5 compartía espacio con otra sobre ‘Els virus dels conills”, con el artículo ‘El marquisme’” de Agustí Casanovas y la columna ‘Carnaval’ de Lluís Freixes.

La magia de las Cartas al Director es que, en algunos casos como éste de Dalí y Gala, son testimonios que no mueren y que incluso pueden hacer historia con mayúscula o minúscula.

En mi caso, 25 años transcurridos no son nada si no fuera porque este mismo mes acaba de ver la luz mi nueva novela “Dalí corpore bis sepulto”, en cuya contracubierta aparece reproducido un fragmento de esta Carta al Director del DIARI DE GIRONA. Yo acababa de abrir un apartado de correos en Barcelona para reunir esfuerzos contra la decisión del entonces alcalde de Figueres de enterrar a Dalí en esa localidad y no junto a Gala en Púbol. Pedía firmas contra este agravio en un manifiesto que titulé “A favor de la dignidad humana y del romanticismo”.

Gracias al DIARI DE GIRONA recibí numerosas cartas de apoyo. Yo estaba convencido entonces, y también ahora, que la verdadera voluntad de Dalí era descansar junto a Gala en el castillo de Púbol, que el pintor había comprado, rehabilitado y decorado en 1969 para su musa y donde, de hecho, ya estaban construidas dos tumbas en la cripta para ambos, y que actualmente pueden visitarse.

Dalí había muerto pocos días antes, el 23 de enero de 1989, y fue enterrado dos días después en la cripta de Figueres junto a los lavabos de su teatro-museo tras una ceremonia multitudinaria. Desde el momento del fallecimiento, el testamento del artista y sus últimas voluntades estuvieron cargados de polémica. El entonces alcalde de Figueres, Marià Lorca, aseguró que Dalí le había manifestado en privado pero sin ningún testigo su voluntad de ser enterrado en este teatro-museo, tal y como se acabó haciendo.

Varias fuentes confirmaron entonces mi versión, entre ellos el criado de Dalí durante 42 años Arturo Caminada, su sobrino Gonzalo Serraclara, su secretario Robert Descharnes, el alcalde de Púbol Benjamín Artigas y más recientemente el historiador biógrafo del pintor Ian Gibson.

Pero además de los testimonios de personas tan próximas a Dalí, en los últimos años de vida del artista se produjeron varios hechos que muestran la seducción que Gala siguió ejerciendo sobre él. Dalí estuvo unido a Gala toda su vida desde que se conocieron en 1929, con ella contrajo matrimonio legal y eclesiástico en 1958 y ambos siguieron juntos llevando una vida poco común para la época en España hasta que ella falleció siete años antes que él, en 1982.

Después de morir Gala el Rey Juan Carlos nombró a Dalí marqués de Púbol (y no de Figueres) en agradecimiento a que el pintor donó al Estado español el retrato “Los tres enigmas gloriosos de Gala”. También el artista decidió que el nombre de su fundación pasara a llamarse y por este orden Gala-Dalí. Igualmente con Gala ya fallecida Dalí decidió cambiar el nombre de la torre Gorgot de su museo de Figueras por torre Galatea. Y un mes antes de morir y ya hospitalizado Dalí regaló de nuevo al Rey Juan Carlos la obra “Elegías a Gala”.

‘Dalí corpore bis sepulto’ (‘Dalí, dos veces enterrado’) trata precisamente de cómo algunos ciudadanos que se sumaron a mi manifiesto neo-romántico nos reunimos en el Café Zurich de Barcelona para robar en la notaría de Carlos Ruiz-Rivas el último testamento del pintor. Fracasamos. Luego quisimos secuestrar al alcalde Lorca para que se desdijera públicamente. También fracasamos. La última opción era sacar el cadáver de Dalí de Figueres y enterrarlo junto a su musa Gala en Púbol. De eso va la novela basada en hechos reales.

A veces, como en mi caso, realidad y ficción se disuelven como si de un cuadro de Dalí se tratara. La llama del neo-romanticismo que defendía entonces sigue viva hoy en mí y en muchos ciudadanos que ven en lo sucedido con la tumba de Dalí en Figueres un verdadero expolio romántico que huele a turismo rentista. No es nuevo que no se respeten las últimas voluntades de artistas para fines obscuros.

Pero igual que las ideologías no han muerto, tampoco la utopía romántica. Y algunos no nos vamos a cansar de seguir enviando Cartas al Director del DIARI DE GIRONA como defensa del sentimiento frente a la razón, como exaltación de la inmortalidad y del amor frente a intereses espurios, como remembranza de que vale más la pena ser sepulturero neo-romántico que alcalde conseguidor.

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