Ganas de inmortalidad

Por Martes, octubre 7, 2014 0 Permalink 0

Creo poder decir con bastante claridad mental que no tengo deseos de inmortalidad biológica, si acaso de inmortalidad intelectual, que no es poco.
Quizá por eso, porque el asunto de cómo pasar a la historia a veces preocupa y otras es falsa modestia pública, me ha llamado la atención conocer la existencia de movimientos que defienden la inmortalidad de la vida misma. Por ejemplo, Extropy Institute, Technoprog, Instituto de la Singularidad y H+.

Creo haber entendido que el denominador común es que no aceptan los aspectos indeseables de la condición humana. Su desafío a las limitaciones naturales tradicionales impuestas a nuestras posibilidades. Su defensa del uso de la ciencia y de la tecnología para luchar contra las restricciones sobre la duración de nuestras existencias, de nuestra inteligencia, de nuestra vitalidad personal y de nuestra libertad.
Ya no se trata sólo de ser el centro del mundo, de lo conocido y supuesto, sino de trascender la biología, de modificar nuestra sustancia humana, nuestra composición. Ser de otra esencia, transgénicos o posthumanos o sencillamente alter homo sapiens.

Francamente yo no me imagino viviendo 200 años, como los personajes del Antiguo Testamento. Aunque los años dejaran de tener 365 días y el día 24 horas. Sería agotador vivir y convivir tanto tiempo bajo la dictadura de la pseudo democracia, de la pseudo solidaridad, de la pseudo justicia y de la pseudo libertad. Envejecer, o no envejecer siquiera, pareciendo siempre joven y apuesto, divertido, haciéndome sentir ciudadano incorruptible dentro del frasco social de formol.

¡Qué gusto perder cuanto antes a alguna gente de vista! Olvidar por fin el pasado, para siempre. Descansar ya después de tanta mentira y cinismo y desolación. Saberse perdedor, y ya está.

 

 

 

 

 

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