Septiembre en Manhattan

Por Lunes, septiembre 8, 2014 0 Permalink 0

Probablemente septiembre sea el peor mes del año para estar en Manhattan. Sobre todo el día 11. Cada año que pasa se celebra un día distinto de la semana, pero esto da bastante igual. Vuelve la neblina sobre el Hudson y la ciudad entra en una especie de depresión aunque el sol brille por las alcantarillas.

Se diría como si estos habitantes hubieran amanecido este día en una ciudad distinta. Con la melancolía de la memoria. Despertándose y siguiendo así la jornada en cámara lenta, como quien anda deambulando por las calles sin saber bien, bien adónde va.

En el 9/11 Memorial Museum la cola es más larga de lo habitual. Y hay más flores. Y también más lágrimas. Dentro, el silencio acaso es más corrosivo que los otros 364 días del año. De cualquier año.

Primero, el escenario. La voz en off. Luego van llegando a la memoria las sirenas, el polvo, el cielo, siempre el cielo, encapotado de un interrogante sin respuesta: ¿Por qué?

Y así van pasando las horas dentro de este holocausto de la memoria norteamericana: los cuerpos, suspendidos en el vacío; los teléfonos, ya perdidos; los gritos, impotentes para comprender tanto odio. Y más sirenas y más flores y más lágrimas que nos recuerdan que el hombre puede llegar a ser un individuo detestable, un animal incluso despreciable incapaz de imaginar los límites de su propia maldad.

Y desgraciadamente nos damos cuenta que esto sucede en cualquier parte y no sólo en septiembre.

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